La verdad que hay dentro de ti: En el primer nivel oriento tu atención a lo que es falso en ti, porque a menos que aprendas a reconocer lo falso como falso-como el no yo- no puede haber una trasformación duradera, y siempre acabarás volviendo a ser atraído por la ilusión y cayendo en algún tipo de dolor.
En un segundo nivel hablo de una trasformación profunda de la conciencia humana, como algo que es posible realizar inmediatamente. Trato de enseñarte a liberarte de la esclavitud de la mente. Me esfuerzo por llevarte conmigo a ese estado intemporal de intensa presencia consciente en el ahora para que puedas probar la iluminación.
En esencia solo hay y siempre ha habido una única enseñanza espiritual.
Se tiene un sentimiento de exaltación y de gran vivacidad cuando algo dentro de uno dice: “Sí, sé que eso es verdad”.
La iluminación es recuperar la conciencia del Ser y residir en ese estado de “sensación-realización”
El ruido mental incesante te impide encontrar el reino de quietud interior que es inseparable del Ser.
Escucha la voz dentro de tu cabeza, mantente allí como presencia que atestigua, “Observar al pensador”. Cuando escuches esa voz no juzgues ni condenes lo que oyes. Pronto te darás cuenta de esto: la voz está allí y yo estoy aquí, observándola. Esta comprensión Yo soy, esta sensación de tu propia presencia, no es un pensamiento. Surge de más allá de la mente.
Es el principio del fin del pensamiento compulsivo e involuntario.
También puedes crear una apertura en la corriente mental por el simple hecho de dirigir el foco de tu atención al ahora. Basta con que te hagas intensamente consciente del momento presente.
De este modo retiras la conciencia de tu actividad mental y creas una brecha sin mente en la que estás muy alerta y consciente, pero no piensas. Esta es la esencia de la meditación.
Toma conciencia de una silenciosa pero intensa sensación de presencia.
El pensamiento no puede existir sin conciencia, pero la conciencia no necesita del pensamiento.
Si no puedes sentir tus emociones, si estás desconectado de ellas, acabarás sintiéndolas a un nivel puramente físico, como un problema o un síntoma físico.
Puedes dejar que la emoción este ahí sin ser controlado por ella. Ya no eres la emoción, eres el observador, la presencia que mira. Si practicas así todo lo que es inconsciente en ti, saldrá a la luz de la conciencia. Enfoca tu atención hacia dentro. Siente la energía de la emoción.
El amor, la alegría y la paz son profundos estados del Ser o, más bien, tres aspectos del estado de conexión interna con el Ser. Como tales, no tienen opuesto. Esto se debe a que surgen más allá de la mente.. El placer siempre se deriva de algo externo a ti, mientras que la alegría surge de dentro.
El verdadero amor no te hace sufrir. ¿ Cómo podría? El verdadero amor no se convierte repentinamente en odio, y la verdadera alegría tampoco se convierte en dolor.
Acepta y después actúa. Acepta cualquier cosa que contenga el momento presente como si la hubieras elegido. Trabaja siempre a favor del momento, no contra él. Haz del presente tú amigo y aliado, no tu enemigo. Esto transformará milagrosamente tu vida.
Sé guardián, siempre atento de tu espacio interno. Enfoca tu atención en lo que sientes dentro de ti. Toma conciencia no sólo del dolor emocional, sino también de “aquel que lo observa”, el testigo silencioso. Este es el poder del ahora, el poder de tu propia presencia consciente.
El secreto de la vida es morir antes de morir y descubrir que no hay muerte.
La verdadera comunicación es comunión: la realización de la unidad, que es el amor.